sábado, 24 de noviembre de 2012

Vitolo

Le estábamos esperando. Víctor Machín se ha creído hoy a Vitolo. Si se lo sigue creyendo no habrá quien pare a la Unión Deportiva. Y en esa creencia del genio que es tiene mucho que ver un entrenador que, como buen conocedor del fútbol de alta escuela, no le ha retirado la confianza ni un solo día. Porque Lobera sabe que en la vida, y no digamos en este deporte tan cambiante, es esa confianza la que mueve montañas y termina marcando los goles y las diferencias. Pero la mejor noticia del día no es el tres a cero ni que esos tantos tengan la firma del canterano. Lo mejor es el equipo, el conjunto, el empaque que está demostrando la Unión Deportiva sobre el césped. Cada día refrendo un poco más mi optimismo. El trabajo de Lobera, y la personalidad de quienes decidieron ratificarlo cuando no acompañaban los resultados, se ve premiada con una escalada clasificatoria que nos deja a las puertas de la promoción. Y además venimos de abajo, de donde se aprende de errores si uno tiene la humildad de recomponer lo que no está saliendo bien. No tenemos que volvernos locos, pero este equipo huele a Primera. Y Vitolo, si sigue creyéndose Vitolo, llegará donde le dé la gana. Es un jugadorazo. Si se lo cree sus sueños no tendrán límite alguno.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Intensidad

Si te acostumbras a ganar siempre te olvidas de que cuando lo haces otros están perdiendo. También corres el riesgo de no valorar la suerte y el mérito de esas victorias. Hoy nos hemos dado cuenta de lo difícil que es ganar en Segunda División. Casi todos los partidos son una moneda al aire. Puedes perder, ganar o empatar con cualquiera, y a poco que te falle la concentración te ocurre lo que le pasó a Las Palmas hoy con el gol del empate del Xérez. Al margen de ese error, el resultado de hoy en el Gran Canaria es un salómico guarismo de lo que vimos en el terreno de juego. No hay mucho que contar de este encuentro. Dos buenos equipos frente a frente y un conjunto amarillo que echará de menos a David González. No había frescura ni imaginación en el centro del campo. No sé qué sucede con Tyrone o si se piensa fichar a alguien para suplir al fantasista amarillo que no podrá jugar hasta el mes de abril, pero si no lo hacemos creo que tendremos que cambiar cuanto antes el estilismo por el mono de trabajo. No le podemos pedir a Nauzet que juegue como si fuera Xavi Hernández. Lo podrá hacer puntualmente, pero su posición está en la banda, en esos extremos del terreno en donde siempre ha sabido moverse magistralmente tirando de recortes eléctricos y de un toque de balón que le permite poner el esférico donde le venga en gana. No sucede nada por este empate. Claro que nos hubiera gustado ganar; también al otro equipo. Ahora viene el Córdoba la semana que viene. Y eso es lo bueno que tiene el fútbol, la meta inmediata que permite dejar atrás los pequeños sueños que se quiebran de vez cuando en noventa minutos.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Confianza

La confianza abre puertas, rehace sueños y logra imposibles. En el fútbol también otorga triunfos. La Unión Deportiva Las Palmas es ahora mismo un equipo con confianza, y parece que no, pero esa confianza atrae incluso a la suerte, o mejor aún, ahuyenta los malos farios y las desgracias. Vale que hay que entrenar toda la semana, que hay que plantear los partidos y que hay que meter los goles; pero sin esa confianza todo acaba resultando baldío. Un entrenador, en este caso Sergio Lobera, ha de ser el encargado de que toda la plantilla crea en lo que está haciendo y, sobre todo, de que no se venga abajo cuando la suerte, esa veleidosa sensación que va y viene cambiando los estados de ánimo, no nos sea propicia. Ahora mismo Las Palmas es un equipo con confianza y al mismo tiempo con un plantel de jugadores de gran calidad. Esa combinación nos va a dar muchas satisfacciones en los próximos meses. Disculpen mi tendencia al optimismo, pero solo viendo cómo ha ido cambiando el fútbol en las botas de Nauzet Alemán uno tiene todo el derecho del mundo a esperar lo que llevamos años ansiando los aficionados amarillos. Hay equipo, entrenador, afición, confianza y suerte. Todo lo demás es sueño. Y los sueños, a veces, aparecen donde menos los espera uno, o cuando ya parecía que no podían cumplirse como los habíamos imaginado. El triunfo de hoy ante el Hércules confirma lo que ya veíamos venir desde hacía varias semanas. La vida, como el fútbol, nos es más que un carrusel de sorpresas, un guión que se reescribe cada vez que alguien termina creyendo en lo que hace.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Guerrero

Quien ha estado alguna vez delante de un portero sabe lo pequeña que se vuelve siempre la portería en el momento crucial del remate. La figura del arquero se va acrecentando a medida que el atacante trata de buscar en unas milésimas de segundo el espacio por el que meter el balón entre los tres palos. Casi siempre lo que vislumbra en su mente se acaba pareciendo poco a lo que hace, o no golpea correctamente, o le sale el disparo desviado, o el portero se convierte en un gran pulpo que no deja pasar ni una corriente de aire hacia su portería. Otras veces aparece un defensa y le roba la pelota, o los nervios le juegan una mala pasada y es capaz de disparar al aire o de mandar el esférico al banderín de córner. Parece fácil marcar los goles cuando vemos el partido desde la tribuna, pero hay que estar en el césped, en ese momento en el que solo unos pocos elegidos tienen la capacidad de decidir y de cambiar el rumbo de los encuentros y el ánimo de los aficionados. Uno de esos rematadores decisivos es Javi Guerrero, y el gol que le marcó hoy a la Ponferradina define lo que es un delantero centro, un rematador, un killer, un matador o como quieran llamar a esa especie cada día más en extinción que te hace subir al séptimo cielo encontrando ese hueco que los demás ni siquiera atisban en la portería contraria. Hay delanteros que viven rachas, y otros que están con el santo de cara un par de jornadas; pero con el tiempo no hay rematador que no quede en evidencia si no ha nacido para esa suerte tan despiadada con quien no la domina. Han sido muchos los partidos que ha ganado Las Palmas gracias a ese instinto goleador y a la responsabilidad profesional añadida de un jugador que debería ser llevado a todos los equipos de la cantera como ejemplo de lo que tiene ser un buen futbolista. La Segunda es una categoría en la que en cualquier momento caes al entresuelo y en donde nadie te regala absolutamente nada. Ahora contamos con la suerte que nos faltó en los primeros partidos, pero esa suerte también tiene mucho de Guerrero: control en el área con dos toques entre un mar de piernas, y luego la búsqueda del hueco para colar el balón por la mismísima escuadra, justo por ese lugar en el que los goles parecen todavía más importantes y más grandiosos de lo que realmente son.