sábado, 6 de octubre de 2012

Las palabras y los hechos

La directiva, los aficionados o el entrenador proponen y luego el azar, las decisiones incorrectas o los jugadores disponen. Todos propusimos un año para soñar con regresar a Primera División y ahora mismo tenemos el susto en el cuerpo al ver que el equipo no ha sumado más que dos puntos de los últimos dieciocho que estaban en juego. La verdad es que asustan las cifras y asusta todavía más la actitud de los jugadores y la falta de cerebro que tiene ahora mismo la Unión Deportiva Las Palmas. No estaba David González, y ahí se acabó todo. No se elaboraron jugadas, el balón se rifaba en casi todos los ataques y se buscaba la directa cuando se nos había vendido todo lo contrario. El Almería no tuvo más que esperar su momento y luego su otro momento -en el fútbol está casi todo inventado- para llevarse los tres puntos del Gran Canaria. Lo que no entiendo es por qué no se apostó antes por Tyrone. Todos veíamos que no había centro del campo y, hasta que se demuestre otra cosa, el fútbol se crea en esa parcela y luego se concreta en el área contraria: casi siempre lo que parece una aparición fulgurante de un lateral, de un extremo o de un media punta no es más que un proceso cerebral previo de quienes llevan la manija de los equipos. En Las Palmas ese timón no lo lleva nadie, y claro, cuando sucede eso, no hay barco que no zozobre y que no acabe dando infinitas vueltas sobre sí mismo sin llegar a ningún puerto. Acabo de escribir la palabra lateral, y en mala hora. Yo no sé qué maldición habrá caído sobre el equipo amarillo para que llevemos tantos años sin nadie que juegue medianamente bien por las bandas. Lo de hoy de Corrales –y sigo sin poder admitir los silbidos de los aficionados contra un jugador de su propio equipo- no ha sido más que otra suma que añadir a los despropósitos que llevamos sufriendo los aficionados en esa banda izquierda desde que comenzó la temporada. Me niego a creer que en toda Canarias no haya un lateral izquierdo con mejores prestaciones que las que está aportando ahora mismo Corrales. Y digo esto sin desprestigiar la calidad del jugador (ahí está su trayectoria, y aún recuerdo sus primeros buenos partidos de amarillo; pero su juego actual y sus despistes creo que le hacen merecedor de un descanso inmediato en el banquillo). Poco más se puede escribir del partido de esta tarde. Lo mejor es que nos repongamos cuanto antes y que ganemos el próximo encuentro para desterrar fantasmas del pasado. El temor que todos tenemos es que la actual plantilla amarilla no está capacitada para moverse en la parte baja de la clasificación. Psicológicamente, esta plantilla iba lanzada al ascenso. Y por calidad nadie lo dudaba; pero jugadores como Momo, Nauzet o Vitolo no están ofreciendo ni una mínima parte del fútbol que todos sabemos que atesoran. ¿Lobera? Me sigue pareciendo creíble a pesar de las derrotas; pero creo que los jugadores le están ayudando muy poco dentro del campo. Le deseo toda la suerte del mundo porque su suerte será nuestra suerte. No queremos escuchar a los jugadores diciendo que están comprometidos con el entrenador. Lo que necesitamos es que demuestren ese compromiso cuando saltan al campo. No nos importaría perder si viéramos intensidad y espíritu competitivo, pero al primer revés la mitad de los jugadores se esconden o se pierden en guerras personales que desesperan a los aficionados. La Liga está empezando, pero urge despertar cuanto antes si no queremos vernos al borde del abismo a las primeras de cambio.

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