miércoles, 23 de septiembre de 2015

Tenía que ser así

Siempre fue así. Nos crecemos ante los grandes. Quizá porque en esos partidos tenemos poco que perder y asumimos riesgos dando ese paso hacia adelante que nos refrena ante los equipos pequeños. El Sevilla siempre había sido un club como el nuestro cuando estábamos en Primera, el equipo de Biri Biri, de Montero, de Bertoni, de Scotta y más adelante también de Morete. Jugábamos la misma Liga, siempre a las puertas de la UEFA o de alguna gesta en la Copa; pero el Sevilla al que le ganamos esta noche es un grande del fútbol europeo desde hace muchos años.
Las próximas semanas lo veremos ante el Manchester City de David Silva o ante la Juventus, y hace unos días le ganó al mítico Borussia de Mönchengladbach, el mismo equipo en el que jugaron Bonhof, Simonsen, Netzer o Stilike. Ahí queríamos ver a la Unión Deportiva hace mucho tiempo, tuteando a los grandes como siempre hicimos en el Insular. Y uno celebra que esta primera victoria después de tanto tiempo lejos de Primera División haya sido ante el Sevilla. Ya estuvimos a punto de derrotar al Celta en Balaídos, el mismo Celta que hoy le ganó cuatro a uno al Barça. Nuestra historia no se entendería sin esa grandeza y esa osadía cuando estamos al borde del precipicio. Y ahora vamos al Nou Camp sin agobios y sabiendo que no tenemos nada que perder y sí mucho que ganar si damos el campanazo. Hace unos días escribía que había que tener paciencia. No siempre sucede, pero a veces el tiempo nos regala días memorables. Hoy hemos vivido uno de esos días. Han sido muchos años escribiendo lejos de donde se trazan las gestas. Esta victoria colocará el nombre de la Unión Deportiva en los medios de comunicación de todo el planeta. Le hemos ganado al campeón de la Europa League de los últimos años. Si esto nos lo cuentan hace unos meses, aún nos estaríamos pellizcando para creerlo. Hoy empieza una nueva historia. Volvemos a ganar en Primera y a sacudirnos muchos complejos. Tenemos que seguir con los pies en el suelo, o eso es lo que recomendaría la razón y el sentido común; pero esos segundos después de que acabó el partido ante el Sevilla nos han vuelto a convertir en aquellos soñadores irreductibles que sabíamos que nuestro equipo sería capaz de derrotar a cualquier plantel de estrellas que se le pusiera delante. Hoy estamos todos más felices y nos reiteramos en que el fútbol, a veces, cicatriza de repente las heridas y las derrotas de muchos años.







1 comentario:

  1. Victoria valiosa...nos gusta soñar Santiago y ya nos vemos luchando por un puesto en la UEFA...poco a poco el Gran Canaria será el Nuevo Insular...el nuevo escenario de las próximas gestas...un abrazo.

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