domingo, 19 de noviembre de 2017

La cara de Vicente Gómez

Tristeza. Decepción. Fracaso. Improvisación. La cara de Vicente Gómez al final del partido buscando un porqué a este mal sueño, la cara de Vicente reflejaba nuestro estado de ánimo porque Vicente, por lo menos para mí, es un jugador que nos representa, que sabe del valor de la camiseta que lleva puesta, que es de este equipo, que se entrega, que sueña con lograr grandes gestas de amarillo, la cara de Vicente como evidencia de lo que los jugadores tienen poca culpa porque los jugadores, o por lo menos jugadores como Vicente, no fichan al entrenador, Vicente, que se manifestó públicamente cuando Setién anunció que no seguía porque sabía que, si seguía sin que le dejaran tomar decisiones, llegaría un día como el del partido contra el Levante, ese día, que sin llegar a diciembre, sabes que te deja con medio cuerpo en Segunda División, por muchas cosas, porque no es azaroso lo que está sucediendo, porque lo veíamos venir y queríamos pensar que los jugadores, grandes jugadores, contrastados profesionales casi todos ellos, arreglarían este desaguisado de fichar al tuntún, de equivocarse y seguir empeñándose en el error, como si fueran dioses infalibles, estrellándose en su propia soberbia. Traer a Ayestarán fue un grave error cuando pudimos haber enderezado el rumbo, pero aún más grave fue mantenerlo cuando todos veíamos que no había dado con la tecla del equipo, que no había equipo y que nos veníamos abajo a las primeras de cambio. Quedan muchos partidos, claro que quedan muchos partidos, pero ocho derrotas consecutivas desmoronan la moral del más optimista, y ver a Las Palmas como colista descorazona a cualquiera.
Hace un año por estas fechas soñábamos con grandes gestas europeas, casi con los mismos jugadores. ¿Qué ha pasado entonces? ¿Qué pensaba Vicente Gómez mirando a la grada como un aficionado más, abatido, derrotado, triste, muy triste? No son los que juegan los que nos han llevado a esta situación, ni siquiera los que siguieron jugando después de juergas y de escándalos nocturnos (porque se les dejó que siguieran como si nada). Los equipos no solo están en el terreno de juego. Todo suma, cuando se triunfa y cuando se fracasa. Les felicitamos cuando triunfaron, cuando nos subieron a Primera, cuando ficharon a Quique Setién, porque fueron ellos mismos los que trajeron a Setién, pero ahora tenemos que recordarles que, aun siendo una Sociedad Anónima, la Unión Deportiva Las Palmas es mucho más, es de todos, si quieren que realmente siga siendo de todos, y si es así demandamos coherencia, humildad, reconocimiento de errores, como se reconocieron los éxitos, para tener una última oportunidad para salvarnos. No es vencido sino el que cree serlo. Eso lo escribió hace mucho tiempo Fernando de Rojas, pero mucho antes ya había escrito Solón que no se puede destruir nunca lo que se ha conseguido, y eso es lo que se ha hecho en la Unión Deportiva, destrozar todo lo logrado como quien rompe un juguete en mil pedazos. La cara de Vicente Gómez lo decía todo. Me pongo en su lugar porque sé que siente esa camiseta como cualquiera de nosotros. Tristeza. Decepción. Fracaso.

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