miércoles, 13 de abril de 2011

Lo que queda

Suelo acudir al pasado porque del presente ya hay otros que escriben a diario. Es verdad que se canta lo que se pierde, pero en este caso no se ha perdido nada porque la Unión Deportiva sigue jugando al fútbol, unas veces cerca del séptimo cielo y otras rondando esos insondables fondos de la mediocridad en los que se pierde de vez en cuando. Si escribo mirando atrás es porque lo que no se cuenta no queda, no permanece, y desde que nos despistemos un poco desaparece para siempre.

La gente cada vez habla, escribe y lee menos, y así es normal que se nos pierdan todas esas historias que venían desde nuestros tatarabuelos alimentando mitos y leyendas. Ahora activamos el botón de la tele y nos dejamos llevar acomodando el cerebro a lo que aparezca en la pantalla. Y en la pantalla aparece poco la Unión Deportiva, de ahí que casi todos los niños se decanten a las primeras de cambio por el Real Madrid o el Barcelona, cuando no por el Manchester United o el Inter de Milán. Lo cercano nos está quedando cada vez más lejos.

Si tuviéramos imágenes de televisión de las grandes gestas amarillas del pasado escribiría menos de lo que escribo porque me bastaría con volver a ver a Brindisi lanzando una falta o a Germán dando un pase al hueco para que corriera León camino de la portería. No sé por qué diablos no se guardó casi nada de aquellos años en los archivos de televisión. Cada uno de nosotros recuerda un partido o a un par de jugadores, pero los que vivimos aquellas noches memorables, y no digamos los que vivieron las de los sesenta, debemos hablar o escribir lo que vimos para que no se pierda para siempre. Por eso me agarro tanto al pasado y a la épica amarilla de otros tiempos. Sólo conservando esa memoria podremos hacer grande el presente. Los niños de ahora tienen que sentir lo que sentíamos nosotros cuando íbamos al estadio. Idolatrábamos a los jugadores y sabíamos de la importancia de la camiseta que vestían. No eran sólo ellos los que jugaban. Nuestros padres y nuestros abuelos nos recordaban que esas mismas camisetas fueron llevadas por otros grandes jugadores que escribieron páginas grandiosas en el equipo amarillo. Yo puedo escribir lo que llegué a ver o a soñar, y no de todo porque a veces me falla la memoria o me confunde el tiempo; pero cada uno de los que han visto al equipo durante muchos años tiene el deber de recordar para no quedarnos sin pasado y sin esos asideros tan necesarios cada vez que hay que reinventarse y empezar de nuevo.

1 comentario:

  1. Aunque sea internamente, ya empezamos a sonar...sigamos creciendo y vayamos agregando a amigos, familiares, al perro y al gato...vamos a defender nosotros tambien a nuestro club y que vean que no estan solo...
    POR UNA CIUDAD DEPORTIVA DIGNA (U.D. LAS PALMAS)
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