sábado, 17 de noviembre de 2012

Intensidad

Si te acostumbras a ganar siempre te olvidas de que cuando lo haces otros están perdiendo. También corres el riesgo de no valorar la suerte y el mérito de esas victorias. Hoy nos hemos dado cuenta de lo difícil que es ganar en Segunda División. Casi todos los partidos son una moneda al aire. Puedes perder, ganar o empatar con cualquiera, y a poco que te falle la concentración te ocurre lo que le pasó a Las Palmas hoy con el gol del empate del Xérez. Al margen de ese error, el resultado de hoy en el Gran Canaria es un salómico guarismo de lo que vimos en el terreno de juego. No hay mucho que contar de este encuentro. Dos buenos equipos frente a frente y un conjunto amarillo que echará de menos a David González. No había frescura ni imaginación en el centro del campo. No sé qué sucede con Tyrone o si se piensa fichar a alguien para suplir al fantasista amarillo que no podrá jugar hasta el mes de abril, pero si no lo hacemos creo que tendremos que cambiar cuanto antes el estilismo por el mono de trabajo. No le podemos pedir a Nauzet que juegue como si fuera Xavi Hernández. Lo podrá hacer puntualmente, pero su posición está en la banda, en esos extremos del terreno en donde siempre ha sabido moverse magistralmente tirando de recortes eléctricos y de un toque de balón que le permite poner el esférico donde le venga en gana. No sucede nada por este empate. Claro que nos hubiera gustado ganar; también al otro equipo. Ahora viene el Córdoba la semana que viene. Y eso es lo bueno que tiene el fútbol, la meta inmediata que permite dejar atrás los pequeños sueños que se quiebran de vez cuando en noventa minutos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario