sábado, 26 de febrero de 2011

¿De qué hablamos cuando hablamos de vergüenza?

No merecen esa falta de respeto Mujica, Alfonso Silva, Juan Guedes o Tonono. No la merecen los que hicieron grande a este club vistiendo la camiseta amarilla, ni nuestros abuelos, ni nuestros recuerdos, ni ninguno de los miles de aficionados que viven pendientes del destino de la Unión Deportiva Las Palmas en cualquier parte del planeta. Lo de Alcorcón fue una vergüenza; lo de hoy supera el ridículo. Podría escribir esperpento, pero es una palabra demasiado literaria para expresar el enfado y la desazón que sentimos casi todos los seguidores de la Unión Deportiva.

No me sirve el argumento de que aún no ocupamos posiciones de descenso. Estamos sufriendo una humillación casi semanal de la que tendremos que rendir cuentas en el futuro. Ya no nos vale ni siquiera el talento. El equipo se muestra inmaduro, no está trabajado en defensa ni en jugadas a balón parado y hace aguas en todo lo relacionado con la organización. ¿Qué le salva? Lo que no tiene que ver con la lógica que depende del entrenador. No creo que haya ningún equipo de Segunda (y en Primera serían contados) con un jugador que se inventa un rabo de vaca antes de un gol y que da un pase de tacón que sólo te esperarías en la selección de Brasil del Mundial 82, en el Barça de Guardiola o en la selección española que ganó el último campeonato del Mundo. Un equipo que cuenta con un jugador como Jonathan Viera no puede perder cinco a dos jamás en la vida. Y mucho menos cuando ese equipo juega con un jugador más ganando por uno a dos. Lo del principio de temporada fue fruto de ese talento canterano. Vitolo, Viera, Aythami, Armiche, Vicente Gómez y compañía vienen del esfuerzo de entrenadores anónimos de nuestros pueblos y de nuestros barrios, y también del trabajo de los responsables de la cantera amarilla. Desde que se demanda organización de equipo, empaque defensivo o racionalidad en lo que se hace estamos perdidos, desorientados, y parecemos guiñapos a merced de cualquier contrario, ya sea éste un conjunto apañado como el Alcorcón o esa supuesta “mejor plantilla de Segunda” que tiene el Granada. No se merecen este escarnio los aficionados amarillos. No sé si Jémez se dedicará otra vez a atacar a los que hemos criticado el juego amarillo en los últimos partidos. Hubo fallos puntuales realmente calamitosos que no tuvieron nada que ver con el entrenador, pero un equipo gobernado con criterio y bien trabajado jamás se desmigajaría como lo ha hecho hoy la Unión Deportiva. No se entiende, por ejemplo, que cuando se requería una solución sacara al jugador creativo del campo y apostara otra vez por el patadón a Quiroga, toda una fidelidad al sistema. En el cuerpo humano, y en cualquier equipo, la carencia de un cerebro que organice conduce al desastre. Cuando vi salir a David González (entiendo que el cambio de Josico sería por algún problema físico, porque si no sí que estaríamos hablando de un nuevo harakiri) ya sabía que estaba todo perdido. Sólo quedaba por ver cuántos goles más encajaríamos jugando con superioridad numérica. Una cosa de locos. Y voy a parar porque escribo esto como aficionado, no como periodista ni como escritor, y a cualquier aficionado de Las Palmas que le pusieras un teclado en estos momentos se le saltarían las letras (y seguro que también los improperios) por el cabreo y por la vergüenza que acaban de sufrir.

No podré asistir al partido ante el Recreativo el próximo miércoles, pero creo que si no se cambia cuanto antes a quien capitanea este barco a la deriva nos vamos directos a Segunda B. Da lo mismo que pasemos a los puestos de descenso más adelante. Un equipo deslavazado y roto siempre estará condenado al naufragio. Ni Messi, ni Jonathan Viera pueden hacer nada cuando desde el banquillo no se aportan soluciones coherentes. Mientras tomaba notas durante el partido escribí que sólo por la cola de vaca del gol y por el pase de tacón de Jonathan Viera valía la pena perder en casa una tarde luminosa como la que había hoy en Gran Canaria. No, no vale la pena. Encajar cinco goles ofreciendo una imagen lamentable echa abajo hasta esos destellos inolvidables. Urgen soluciones. Por encima de todo está la Unión Deportiva Las Palmas. Lo que estamos consintiendo en los últimos partidos es una vergüenza para el club, para quienes lo hicieron grande y para todos los que sufrimos viendo a nuestro equipo ofrecer una imagen como la de esta tarde en Granada. Deberían cambiarle el estribillo al pasodoble de inmediato. Granada ya no sólo está ensangrentada por sangre de toros. Lo que se desangra junto a La Alhambra también es amarillo, y esa es una herida que nos duele a todos. Hoy somos un poco Boabdil y casi lloramos como niños lo que otros no supieron defender nunca como hombres. Disculpen los tópicos; pero es lo único que queda cuando no se encuentran razones para entender algunos empecinamientos.


Nota: En el título me apoyo en Carver (¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?) y en Murakami (De qué hablo cuando hablo de correr?). En este caso me sirven esas referencias para preguntar por la vergüenza y por sus posibles consecuencias.

2 comentarios:

  1. UN SALUDO SANIAGO.
    haz hecho el resumen que todos hemos visto.
    el rídiculo.
    te agradeceria que publiques, quien se responsabiliza de los pésimos fichajes que se realizan para nuestra UD LAS PALMAS.

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  2. Bueno, lo de ayer para olvidar, en caída libre y sin paracaídas. ¿O será Juan Manuel Rodríguez el salvador? Mucho me temo que hay que trabajar mucho en el vestuario y fuera también. No me explico como un equipo que jugaba con los Dioses en la primera vuelta ahora estamos en la frontera del infierno.

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