viernes, 20 de enero de 2017

Mucho más que un partido

La camiseta de la Unión Deportiva está por encima de un partido, de una temporada o de cualquier jugador. Setién viene del Racing de Santander, que es un equipo como Las Palmas, con ese arraigo que no entienden los que no son de esos lugares ni han vivido lo que han vivido los aficionados durante décadas. Quique Setién sabe que Las Palmas está por encima de cualquier jugador, incluso de su mejor jugador actual, y que está incluso por encima de él, pero para que él pueda estar a la altura de un equipo como Las Palmas tenía que tomar una serie de medidas que solo conocen los que han estado media vida dentro de un vestuario. Por eso el partido de hoy ya lo jugábamos mucho antes de que el balón empezara a rodar en el centro del campo. Ese encuentro también lo jugaba mi abuelo, que murió hace más de cuarenta años y que no se perdía un partido de la Unión Deportiva, lo jugaban Guedes y Tonono, lo jugaba Fernando el Bandera y todos esos nombres que cada uno de ustedes tienen en su memoria. Ese partido lo jugaba la Unión Deportiva Las Palmas con toda su historia, sus mitos, sus decepciones y sus sueños.
Tuvimos que recurrir a la cantera y renunciar a algunos de nuestros jugadores, pero no traicionamos ni a nuestra historia ni a aquellos que soñaban con ver a su equipo entre los grandes. Pudo haber pasado cualquier cosa, y si hubiéramos sido más ambiciosos tras el primer gol podíamos haber sentenciado el encuentro. Finalmente empató el Deportivo y nos repartimos unos puntos que, en circunstancias normales, se tenían que haber quedado en casa. Pero esos dígitos se olvidarán en un par de días. No son más que una anécdota. Lo que no se olvidará es el gesto, el detalle, ese saber estar con la memoria y con el respeto a los miles de aficionados amarillos que estuvieron antes que nosotros en las gradas o siguiendo los partidos en un transistor con aquella sonrisa de niño que se les dibujaba a nuestros abuelos cada vez que jugaba Las Palmas.
Todos nos equivocamos. Y todos podemos aprender de nuestros errores. Nadie puede endiosarse como si fuera eterno, ni volverse vanidoso porque los demás aplaudan su talento. Podrás ser bueno jugando al fútbol pero no sabes cambiar un grifo, operar a corazón abierto o hacer que veinte niños aprendan el abecedario. Cada uno vale para algo, pero hay que enseñarles a los que se creen por encima del resto que ese talento desaparece desde que se pierde la humildad y se deja de agradecer a la vida la suerte que se ha tenido por poder cumplir un sueño. Lo sabe Setién, que ha visto mucho fútbol y mucho ídolo venido a menos.
Estoy deseando ver de nuevo a todos los jugadores comprometidos con su escudo y con su camiseta, respetando a quien sabe mucho más que ellos y, sobre todo, a quienes han hecho un gran esfuerzo para pagar su abono y estar cada quince días animándoles en los momentos buenos y cuando no es fácil empujar del carro después de las decepciones y los fracasos. Ganar hoy era importante, pero no se termina el mundo por ese empate. Nunca se termina. La semana que viene comienza otra vez el sueño que jamás acaba y que siempre se renueva irremediablemente. Pero si esa renovación la lleva a cabo alguien con la prudencia y la sabiduría de Setién, uno se queda más tranquilo y menos preocupado por la inmediatez de cualquier resultado. Por encima de todo está la Unión Deportiva Las Palmas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario