sábado, 19 de marzo de 2011

Aprendiendo a ganar

Dice la canción que en la vida todo es ir. También en el fútbol. Hace dos semanas teníamos un horizonte con vistas a aquellos estadios de Segunda B en los que se escribieron algunas de las páginas más vergonzantes de nuestra historia. No es que ahora tengamos un ático que mira al Nou Camp o al Bernabéu, pero por lo menos parece que podremos mantenernos en Segunda A, lo que siempre es una puerta abierta a los sueños a poco que tengamos una buena racha o un equipo más experimentado como el que seguro que tendremos la próxima temporada con los Vitolo, Armiche, Aythami, Viera, Vicente Gómez y compañía tras este año de aprendizaje esencial en su futuro. No estamos salvados, pero estando como estábamos tenemos que reconocer que casi nos encontramos en la gloria. Ahora tenemos que llenar el Gran Canaria en los dos próximos partidos y sumar los seis puntos para no estar en vilo hasta la última jornada.

Juan Manuel Rodríguez ha logrado lo que pedíamos cuando se hizo cargo del equipo: garantizar una seguridad defensiva y devolver la confianza a un grupo de jugadores que estaba asumiendo peligrosamente su incapacidad para ganar. Ganamos con Jonathan Viera en el banquillo. No dependemos de un solo jugador, y por encima de todo está la institución y el equipo en el que depositamos todos nuestros sueños futboleros. No tengo ninguna duda de que Viera volverá cualquier día de éstos con genialidades renovadas y más maduro y solidario con el equipo. Está en un proceso de aprendizaje, como también lo está más de media plantilla de la Unión Deportiva. Valoremos lo conseguido en estas últimas dos semanas. Mucho de lo que se consigue en la vida depende de la confianza que uno tenga en sí mismo. Este equipo ha vuelto a recuperar esa confianza y la autoestima perdida. Nadie les negó nunca su profesionalidad y su trabajo, pero carecían de mentalidad ganadora. Vuelven a saber que le pueden ganar a cualquier rival, y ese es el mejor aval para disputar los partidos que nos quedan. No esperemos a promociones ansiosas de ascenso de Segunda B a Segunda A para llenar el Gran Canaria como el día del Linares. Hay que dar el paso ahora porque este equipo depende mucho del apoyo que reciba desde la grada. Hoy tenía familiares y amigos que se habían desplazado desde Madrid hasta el Carlos Belmonte para seguir en directo el partido. Son los mismos que habían asistido a la humillación del equipo en Alcorcón, en Salamanca o en Soria. Me alegro por ellos y por todos los aficionados que han ido apoyando a la Unión Deportiva en cada uno de los estadios peninsulares. Se merecían una victoria como la de hoy. No ha habido juego vistoso, ni combinaciones fascinantes, ni fútbol de toque de la escuela canaria. En estos momentos toca ganar. Ya tendremos tiempo para el lucimiento. Como decía Juan Manuel Rodríguez esta misma semana en una entrevista en Canarias 7, disfrutamos mucho con el juego que planteó Paco Jémez. Seríamos injustos si no valoráramos aquellos destellos impresionantes de los primeros partidos de la temporada, pero también con Jémez sabíamos que cualquier ataque del equipo contrario era medio gol. En Segunda sobrevives si mantienes tu portería a cero, y eso es lo que lleva consiguiendo Juan Manuel los dos últimos partidos de Liga. Si logras eso, la suerte sí te puede ser propicia. Hoy la hemos tenido de cara. También la buscamos con más cabeza. Seguimos estando en el camino, pero ahora la meta la tenemos casi a tiro de piedra. Esto del fútbol nos sirve a los escritores como cura de humildad: todo lo que imagines siempre estará por debajo de lo que pueden dar de sí un balón y veintidós jugadores. Los guiones, estando por medio ese balón, son tan incomprensibles y ciclotímicos como la dependencia emocional que tenemos de los resultados semanales de la Unión Deportiva. Si esto fuera algo racional o con una lógica entendible hace ya muchos años que habríamos desertado. Nos engancha la incertidumbre.

2 comentarios:

  1. Gracias Santiago por haberte acordado de nosotros. Desde Albacete un abrazo enorme. La afición amarilla nunca decaerá. Lucir la camiseta amarilla es un orgullo para nosotros independiente del resultado.

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  2. La verdad es que tienes razón, para como estábamos, ahora estamos en la gloria. Esta sufrida afición se lo merece, donde en lo que va de temporada el equipo no se ha llevado ni una pitada, y mira que ha habido ocasiones para ello, pero a cada gol del rival, la afición respondía con aplausos para animar a los nuestros.

    Pero ojo, que en el fútbol todo cambia muy rápido, y aparte de la mejoría defensiva que es evidente que ha tenido el equipo, conviene no olvidar que el juego es el vehículo idoneo por el cual llegan los resultados, y de momento, sigue siendo pobre. Con el juego no me refiero a tirar paredes, caños y sombreros, sino a intentar crear jugadas de peligro, sin ceder el dominio absoluto del encuentro (como contra el Valladolid). Ahora mismo todo nos vale, pero no hay que echar las campanas al vuelo, porque estos dos partidos que hemos ganado, en jornadas anteriores muy posiblemente no los hubiéramos sacado.

    Contra el Valladolid, en jornadas anteriores, alguno de los dos mano a mano ante Barbosa hubiera acabado en gol, y sobre todo Ruyman hubiera sido expulsado.

    Contra el Albacete, en la parte aciaga de la temporada no hubiéramos obtenido el gol del rival en propia puerta, y nos hubieran pitado penalty por la mano (involuntaria, pero mano al fin y al cabo) de David García en los últimos compases del partido.

    Por tanto, disfrutemos de la nueva situación, animemos al equipo a muerte (como siempre), pero no echemos las campanas al vuelo, porque aparte de la mejoría del equipo, también hemos contado con otros factores (ya era hora, no siempre iba a ir la suerte en nuestra contra) que nos han beneficiado, con lo cual debemos mejorar nuestro juego para que tengamos más posibilidades de seguir ganando partidos, y reducir al máximo las posibilidades de accidentes en partidos aparentemente controlados.

    Saludos

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