sábado, 14 de mayo de 2011

David Silva

Hace veinte años un niño de rasgos achinados que no paraba de moverse regateaba desafiando a la marea en la playa de Patalavaca, en Arguineguín. Ese niño ya es campeón de la Eurocopa, campeón del Mundo y, desde hoy, campeón del título más antiguo y más señero del fútbol, la FA Cup, recién ganada en Wembley. Hoy hay calima y sigue el océano tratando de horadar la costa de Gran Canaria. Hay otros niños que continúan soñando títulos en la orilla. Silva comenzó la jugada del gol de Touré, una jugada que soñó hace muchos años, cuando el rugido del estadio se confundía con el rumor incesante de las olas moganeras de su infancia.

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