sábado, 26 de marzo de 2011

Se trataba de ganar

Uno no puede siempre hacer lo que quiere. Ya sé que no queda bien reconocer debilidades, pero en la vida, como en el fútbol, tenemos que saber cuándo es el momento del lucimiento y cuándo el de la supervivencia. Se puede sobrevivir entre metáforas sublimes, pero para eso hace falta ser un Baudelaire, y en el fútbol se puede resistir con rabonas y regates imposibles, pero en ese caso precisamos de un Garrincha o de un Maradona. Hoy se trataba de ganar, no había más ciencia ni más misterio. Ayer le sucedió algo parecido a la selección campeona del mundo. Ganó como ganó la Unión Deportiva esta noche a la Ponferradina, con coraje, con insistencia en el ataque y con esa suerte sin la que no se escribiría nunca ninguna gesta. España tuvo a Iniesta y nosotros tenemos a Jonathan Viera (España, en este caso desde la sub 21, empezará a descubrir las excelencias de un jugador genial e imprevisible que si aprende a embridar su talento puede llegar donde le dé la real gana) para desbaratar defensas. Del Bosque contaba con Villa y Juan Manuel con Quiroga: talento que desborda, regate inesperado, centro al área pequeña y gol. Lo demás se asemeja al éxtasis que sentimos al contemplar el abismo a cinco puntos de distancia y con el próximo partido en casa.

Ya digo que uno quisiera escribir siempre poemas como los que escribían Juan Ramón Jiménez o César Vallejo, y sin embargo muchas veces te ves escribiendo pies de fotos intrascendentes o textos que no merecerían hacer disminuir las reservas de tinta de la humanidad. En el fútbol sucede algo parecido. Hoy tocaba ganar sí o sí. No se va escribir nuestra épica ganando a la Ponferradina en casa. Y no fue fácil ganarles: hay que reconocerle al equipo leonés el mérito de estar donde está y su capacidad de lucha contra equipos que le triplican el presupuesto. Creo que Juan Manuel Rodríguez está siendo nuevamente una figura clave en ese camino de la salvación. Tres partidos, tres victorias y tres fines de semana sin encajar ningún gol. Pero es que además ha propiciado la recuperación de jugadores como Sergio Suárez (vuelve a ser el que fue, un tipo talentoso que encara con descaro y con confianza) o Pedro Vega, y ha consolidado a Vicente Gómez, un jugadorazo que creo que está llamado a ser un grande de la Unión Deportiva. No estamos salvados, claro que no, pero si hace tres semanas nos hubieran dicho que íbamos a estar como esta noche, a cinco puntos del descenso, lo más probable es que hubiéramos asumido que nuestros deseos tenían difícil acomodo en la realidad de un equipo que tenía todas las papeletas para volver a jugar con el Cacereño, el Santa Ana o el Fuenlabrada. No hubieran merecido ese destino los miles de aficionados amarillos que allá donde se encuentren viven pendientes del destino del equipo que aprendieron a amar sin condiciones desde niños. Cada vez que publico esta crónica y sigo las fuentes de tráfico del blog veo que hay fieles que se conectan cada sábado desde Estados Unidos, Argentina, Reino Unido, Alemania, Singapur, Emiratos Árabes Unidos, Rusia o Hungría. Va por ellos esta crónica y esta victoria. Ni ellos ni nosotros, ni aquellos abuelos que nos contaban las diabluras de Mujica o de Alfonso Silva, merecerían un nuevo descenso a los infiernos. La victoria de hoy, la cantera que se está consolidando y la desaparición antes de cuatro años de las pistas de atletismo me tienen, cuando menos, esperanzado. Queda mucho por hacer, pero el camino ya no es aquella Cuesta de Silva de hace unas jornadas. Ahora nos han trazado puentes que nos permiten seguir dando pasos hacia donde la brújula, además del norte, señala el camino de la gloria. Esta tarde tocaba ganar. Todo lo demás es inevitablemente secundario.

2 comentarios:

  1. Gracias a ti por tus textos. Desde Alemania con la UD.

    ResponderEliminar
  2. Partiendo de la base de que lo importante es ganar (y estamos ganando) creo que no hay que descuidar el intentar jugar bien al fútbol. el partido fue bastante lamentable y baste de muestra un dato: por primera vez en la temporada se oyeron pitidos, tímidos, pero se oyeron. Ni siguiera en la peor etapa del equipo de Jémez se oyeron silbidos, porque aunque no se ganaba, se vieron muchos minutos de fútbol en el Gran Canaria, y me vienen a la mente a botepronto los partidos ante los filiales de la categoría. (También hubieron otros lamentables como ante el córdoba, jerez o huesca).
    en resumen lo que digo es que no hay que ser extremistas; ni poner a los laterales arriba (como se hacía en la anterior etapa) como carrileros brasileños tal como alves o roberto carlos, pero tampoco poner de medio derecho a un hombre como aythami, teniendo a jonathan en el banquillo. está muy bien lo del equilibrio, pero si no te puedes permitir jugar en casa ante el colista con jonathan (u otro jugador ofensivo en banda como quero o armiche), apaga la luz y vámonos.
    Soy de los que dice que hay que ganar sea como sea, pero también digo que si se hubiera intentado jugar mejor, se hubiera ganado con más claridad. que se intente jugar bien al fútbol no está reñido con defender, luchar, y jugar al otro fútbol si es preciso, pero cuando tenemos la pelota, hay que intentar proponer fútbol, porque si el mensaje que se nos envia a lso aficionados es que sólo vale el resultado, el fútbol será un deporte de teletexto, donde no hace falta ver ni analizar los partidos, bastando sólo con ver en el teletexto como quedó nuestro equipo.
    Y añado que aunque yo era de los que defendía a Jémez, también pensaba que había que cesarlo muchas jornadas antes precisamente por no adaptarse a la situación del equipo precisando éste más solidez defensiva. Pero hemos pasado de un extremo a otro, y los extremos, nunca son buenos.
    aún así, coincido con juan manuel en que el equipo, sin jugar bien, mereció ganar teniendo muchas más oportunidades que el rival.
    Un saludo.

    ResponderEliminar