Ya jugamos contra el Betis. Y pudimos haber ganado. De hecho, teníamos que estar contando ahora los detalles de una victoria. Con un jugador menos y metidos en su campo el último cuarto de hora: así terminó el equipo que iba a ascender casi por decreto al principio de temporada. Los pesimistas dirán que hemos sacado solo dos puntos de los últimos nueve; pero los que queremos ver todo con los ojos del ascenso tenemos claro que la Unión Deportiva ha demostrado más empaque y mucho más recorrido que el Sporting y el Betis. Yo creo que los jugadores amarillos se han dado cuenta hoy de que el ascenso solo depende de sus ganas y de que espanten de una vez todos los complejos. No hay rival que marque diferencias. Todos irán subiendo y bajando a lo largo de los meses. Lo que me tranquiliza es la solidez defensiva de Las Palmas. Ya luego, de medio campo hacia delante, hay talento de sobra; pero todos estos años ese talento quedaba en nada cuando llegaban a nuestra área. Ahora solo hay que estirar la mano un poco más para alcanzar lo que deseamos. Ya no veo aquellos horizontes inalcanzables de otras temporadas. Seguimos en los puestos altos de la clasificación. Urge una victoria el domingo contra el Numancia. Lo sabemos los aficionados y lo tienen claro los directivos y el cuerpo técnico. Ahora solo falta que los jugadores se convenzan de una vez por todas de que el ascenso depende por completo de ellos. Todo pasa por la confianza y y el talento. De lo segundo andamos sobrados. La confianza, en cambio, solo se gana con el tiempo. Lo mismo que la suerte.
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