Podríamos escribir amén, pero preferimos escribir que así sea, y que sea en muchos partidos, que encontremos el gol en los primeros minutos y que nos abran las barreras y las cerrazones defensivas, y que se aparten las guaguas con las que llegarán casi todos los equipos al estadio de Gran Canaria. Si marcamos pronto, como sucedió con el gol de Araujo a las primeras de cambio, ya el viento sopla a nuestro favor el resto del encuentro: aparecen los huecos, te tienen que atacar y se acaba la defensa férrea y la especulación que vuelve aburridos e interminables los partidos. Nosotros no hemos cambiado mucho. Hemos ganado después de mucho tiempo, y esa es la gran noticia, pero seguimos sin jugar al fútbol que nos gusta, y sigo insistiendo en que tenemos jugadores para salir a ganar no solo con el patadón y el remate letal en el área pequeña.
En estos partidos en los que se abren espacios, y con los delanteros que tenemos, lo raro es que no ganemos seis a cero. Pero no todos los equipos serán el Numancia, no siempre jugaremos en casa, y no vale confiar solo en el azar de ese gol que abra la lata de la que hablan siempre los futboleros cuando los partidos se vuelven insufribles y solo quiere jugar al fútbol uno de los dos equipos.
Seguimos arriba, era importantísimo vencer; pero ahora tenemos que refrendar esta victoria yendo a Mallorca sin complejos y sin especulaciones, creyendo en la plantilla y en la calidad de cada uno de los jugadores de Las Palmas. Sigo manteniendo que tenemos una plantilla de mucha calidad, pero estas victorias no pueden cegarnos. Tampoco las derrotas. Hay que seguir buscando un estilo de juego más allá del resultado. Ya digo que no todos los equipos tendrán la candidez del Numancia, ni tampoco tendremos el santo de cara en el primer rebote dentro del área. De este partido sí salimos esperanzados con la implicación, la verticalidad y la definición de Araujo. Esa es, sin duda, la gran noticia del encuentro. Jugando así, el jugador argentino ya fue clave para subir a Primera. Si Jiménez, como ya consiguió en Grecia, lo logra centrar y consigue que se crea lo gran jugador que es, podemos ser muy optimistas y podemos volver a soñar con regresar a la máxima categoría por la vía directa.
Hay que ser críticos cuando el equipo juega mal y pierde la esencia de su fútbol, y hay que felicitarle cuando gana, pero sin lanzar las campanas al vuelo cuando esa victoria no va a unida a un fútbol que nos enamore y nos levante del asiento. Mejor eso que nada, y mejor que salgamos cuanto antes de este pozo que si se eterniza nos hace olvidar que somos un equipo que tiene que aspirar siempre a estar entre los grandes. No vale hundirse después de desastres como el de Almería, pero tampoco vale ponerse gallitos por ganarle al Numancia. Nos satisface que los jugadores supieran resarcirse de la derrota en tierras andaluzas y salieran al campo con fe en la victoria desde el primer minuto. Eso es, de entrada, lo que les pedimos: entrega, compromiso y determinación, pero no dejaremos de ser más exigentes: también les pediremos que nos diviertan. El estilo es clave para no perder el norte. Alguien dijo una vez que un cuento siempre es más importante que el cuentista. La Unión Deportiva Las Palmas siempre ha de ser más importante que quienes la presidan o que quienes salten al campo. Es el cuento que queremos que nos haga felices. No solo es ganar. También queremos que su juego esté bien trazado y bien escrito, que nos sorprenda, y que se fije en la memoria de quienes buscan algo más que goles en este deporte de tantas subidas y bajadas repentinas.
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