No recuerdo el año porque todavía no tenía edad para memorizar fechas, pero sí sé que fue un partido contra el Real Madrid en el Estadio Insular. Ese es el primer recuerdo que tengo de Las Palmas. Le puedo poner un año al azar: 1971 o 1972. Iba con mi abuelo (el mayor aficionado a la Unión Deportiva que haya conocido) y con mi padre. Era de noche y aún mantengo viva la imagen del césped y de aquellos focos que me parecían edificios interminables. No recuerdo el resultado. Era lo de menos. Hoy, más de cuarenta años después, voy camino del estadio con esa sensación de que vas a vivir un momento inolvidable. Ya he escrito muchas veces que en el fútbol lo que más nos emociona son los prolegómenos, esa vuelta a la infancia que uno siempre reconoce en sus adentros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario