A lo mejor la cosa fue así: para chulos ellos, chulos nosotros. “Oye, que están diciendo que no viene ni Cristiano, ni Marcelo, ni Ramos, y que el Real Madrid tiene claro que aquí gana incluso con los veteranos, que lo mismo saltan Amancio y Santillana y nos marcan ocho goles”. La verdad es que como aficionado a Las Palmas duele mucho que el Real Madrid se permita dejar a los mejores fuera del partido. Eso no hubiera pasado hace un año, ni sucedía cuando yo era niño.
En el Estadio Insular no hubo equipo que no alineara a los mejores. Eran otros tiempos. Nos respetaban y nos hacíamos respetar; pero cualquiera que desde fuera haya observado las incoherencias de la Unión Deportiva desde hace más de un año, sabe que puede ganar aquí con cualquier equipo bien armado, porque justamente lo que no hemos sabido armar el último año es un equipo, un once equilibrado que sepa a lo que juegue, o que juegue como quiera el entrenador.
No vamos a enumerar los entrenadores de este año y los cambios bruscos de sistemas, las improvisaciones y las debacles porque, por desgracia, las conocemos todos. Pero sí vuelvo a lo del primer párrafo, parece como si con la decisión de dejar fuera a Tana Las Palmas hubiera querido igualar la chulería del Madrid. “Bueno, si ellos dejan en casa a Cristiano nosotros también dejamos fuera a uno de los que bailó al Madrid hace año y medio en el Bernabéu, al jugador que ponemos en partidos en los que apenas puede tocar dos balones porque son equipos correosos, lo dejamos en la grada porque vamos sobrados y porque tenemos talento para regalar, pues eso, que vea el partido desde fuera que ya tenemos a Jairo y compañía para enfrentarnos al Madrid menos Madrid que ha visitado a la Unión Deportiva en muchos años”.
Circulan mil razones sobre la ausencia de Tana, pero a mí me recuerda a lo de Remy, cuando echas al mejor delantero a las primeras de cambio por un quítame allá esas pajas. Tampoco entiendo lo de Toledo, un jugador desequilibrante que podría encontrar espacios contra los equipos que vienen a atacar. Y sí, ya sé que jugarnos la permanencia contra el Real Madrid no era lo previsto, pero no quedaba otra si queríamos mantenernos en Primera. Perdimos cero a tres y ahora visitamos al Levante con siete puntos de desventaja, lo que quiere decir que aunque ganemos no dependeremos de nosotros mismos y nos seguirían aventajando en cuatro puntos, vamos, que esta vez sí es verdad que ni la Virgen del Pino nos sacará de la consecuencia lógica de nuestras propias decisiones.
Creo que lo mejor que puede hacer Las Palmas es centrarse en un nuevo proyecto, y repito la palabra proyecto. No me imagino al Athletic de Bilbao cambiando de canteranos a mercenarios de la noche a la mañana. Si se ha mantenido toda la vida en Primera es porque tiene un proyecto y lo defiende a carta cabal todo el tiempo.
Creo que los que mandan tienen claro qué es lo que le gusta al aficionado de Las Palmas. Lo recuerdo: buen juego, toque, fantasía, cantera y amor propio, esas señas que eran reconocibles hace un año en todas partes. Hace un año, el Real Madrid no hubiera dejado a los mejores en la capital de España. Tampoco lo hacía hace cuarenta años. Generalmente nos damos cuenta de nuestra valía al ver la reacción de los otros. Da lo mismo que queramos engañarnos. No nos respeta nadie hace mucho tiempo. Y lo peor es que fuimos nosotros mismos los que no respetamos nuestra historia ni la memoria que nos dejaron nuestros abuelos.
Por Alfonso Silva, por Rafael Mujica, por Juan Guedes, por Tonono, por Estévez y por todos los ex jugadores que ya no están entre nosotros. Por los aficionados que se fueron amando estos colores. Por los niños que volvieron a ponerse la camiseta de la Unión Deportiva en los últimos tres años. Miremos hacia delante y cambiemos cuanto antes el rumbo caótico y delirante del último año. Que nunca más nos dejen de respetar de esta manera.
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