Uno puede mirar la vida desde un plano panorámico o acercando la cámara todo lo posible a lo más pequeño y casi siempre inadvertido. Desde una visión panorámica, el partido que hemos jugado hoy contra el Elche deberíamos arrojarlo sobre la marcha por el escotillón del olvido. Apenas tuvimos posesión de balón, hilvanamos sólo un par de jugadas y lo raro fue que no saliéramos derrotados. Pero si nos asomamos al partido con un primer plano, o con un zoom que ayude a ver lo que se pierde en la espesura, encontraremos un equipo que no paró de luchar los noventa minutos, a otro árbitro que consintió el juego violento cada vez que alguien de Las Palmas quería parar el balón y buscar combinaciones con los compañeros, y sobre todo podremos reconocer a ese virguero talentoso y genial que responde al nombre de David González: pase de lujo para dejar solo a Cejudo en el primer gol e inteligencia avispada para marcar con un gesto su renuncia a la jugada de ataque en el segundo tanto: si hubiera intentado jugar la pelota nos hubieran pitado fuera de juego. También en esa mirada de los detalles aparece Paco Jémez aportando músculo al centro del campo cuando íbamos ganando y quedaban unos pocos minutos para finalizar. La pena fue que no valiera para nada esa apuesta defensiva. La suerte que nosotros nunca hemos tenido para cerrar otros partidos atendiendo a la justicia poética merecida la encontró el Elche en el descuento (yo no sé qué diablos pretendían los comentaristas de Canal Plus Liga recordando todo el rato el empate del Elche en el último suspiro en Valladolid: yo creo que lo repitieron hasta quince veces en cinco minutos. Y claro, pendientes de ese detalle de mal agüero que acabó cumpliéndose, no comentaban nada del juego violento de Wakaso, Acciari, Pelegrín y el resto de pateadores del Elche. De pena).
Después de que el Elche empatara a uno hubiéramos firmado este resultado, pero ahora no hay quien nos quite la rasquera por haber perdido dos puntos que nos hubieran mantenido en los puestos más altos de la clasificación. Analizando los partidos contra la Ponferradina y contra el Elche uno se queda con la magua de no haber traído los seis puntos para la isla. Lo único que consuela de este pequeño naufragio es que en la segunda vuelta, cuando estemos en el momento clave de la temporada, tendremos ocasión de resarcirnos. De momento sólo tenemos que pensar en el partido contra el Girona. También contamos los días para la vuelta de Vitolo, o para que puedan volver a coincidir en el ataque de la Unión Deportiva Vitolo, Viera, Guayre, Cejudo y David González. Ya habrá otros rebotes que nos beneficien y otros descuentos que nos sean más propicios. Hoy llegamos tres veces y metimos dos goles. En muchos partidos teníamos que contar con diez o doce ocasiones para marcar un gol. Quedémonos con los detalles y con el empate conseguido. El Elche casi vuelve a ser nuestro revitalizador; pero esa condición la dejaremos para la segunda vuelta, que es cuando los puntos ya no se jugarán con balas de fogueo.
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